Muchos expertos (como el Dr. Bruce Lipton, uno de los precursores de la “Epigenética”) consideran que gran parte de la personalidad del ser humano se forma en los primeros siete años de vida, en donde mucho del comportamiento futuro será un reflejo de lo que en su infancia le fue transmitido, en esta etapa mucha información se graba en la mente subconsciente y luego condiciona nuestra vida para bien o para mal. Aunque siempre se tiene la posibilidad de cambiar, muchos cambios implican un gran esfuerzo porque modificar un sistema de creencias es una actividad sumamente compleja y puede llevar algún tiempo. En los primeros siete años de vida, la actividad cerebral se realiza en ondas de frecuencia propias de un estado de trance. Esto es así porque el niño necesita asimilar y procesar mucha información que sólo puede hacerlo el subconsciente.
Por ello, las cosas que los adultos nos dijeron las tomamos como ley por lo que muchos no pueden superar los traumas o complejos que les marcaron. El uso de sentido de la vista y el oído es maravilloso, la mayoría de las personas piensan que si los niños observan o escuchan cosas que no entienden entonces eso no tiene ninguna importancia en su vida, eso es totalmente falso, si un niño de dos años observa películas de violencia o con contenido pornográfico, ten por seguro que esa información afectará el desarrollo psicológico y emocional del niño. O si por años ha escuchado como se grita en su casa puede asumir que esa es una conducta normal y es probable que al tiempo pueda recrear ese comportamiento.
Cuando alguien nos manifiesta que algo no es posible por lo general creemos en esa información y nos predisponemos para no lograr las cosas. Las palabras tienen poder. ¿Qué nos solemos decir en nuestro monólogo interno? ¿Palabras que refuerzan nuestros deseos o nuestros temores? Uno de los grandes problemas de la mayoría de las personas es que enfocan su atención en cosas que nos les benefician, hablan de problemas, dolor, enfermedades, chismes, etc.
Cada acto de nuestra vida representa mucho de nuestra personalidad, es una clara manifestación de las creencias que en nuestra vida predominan, si decidimos hacer ejercicio, escribir, cantar, etc. Cada acto es una expresión de nuestro modo de ser, por esa razón nosotros debemos actuar en forma coherente con lo que deseamos ser. Hay que tener especial cuidado con las actividades que decidimos realizar porque eso refuerza nuestro sistema de creencias y este, nuestras experiencias de vida. Nuestros pensamientos van dictaminando el rumbo que decidimos tomar, al final cada acción y decisión estará apoyada en lo que creemos y pensamos, las creencias y los pensamientos van teniendo una acción recíproca, por un lado, el pensamiento es influenciado por la creencia y las acciones y viceversa, esta continua interacción es la generadora de nuestra experiencia interior de vida y, con ella, de los resultados que obtenemos.
Todo comienza como una idea que alguien nos afirma y busca argumentos para que tome fuerza, entonces la persona que recibe la información comienza a convencerse que la idea está fundamentada en la realidad, luego comenzamos un proceso de repetición y nuestra mente comienza a creer en la información que se le ha instalado y entonces comenzará a emitir mensajes que confirmen su propia expectativa y de esa forma es como las creencias comienzan a tomar más energía. Los valores juegan un rol importantísimo en nuestra vida y es en nuestra familia en donde adoptamos una serie de criterios de acción – o resistencia – que condicionan muchas situaciones presentes y futuras.
Cuando escuchamos cierta información por primera vez, nuestra mente consciente percibe el mensaje pero muchas veces no lo comprende y quizás pase desapercibido, pero en la medida que insistimos en una idea esta va cobrando fuerza y cada vez se interioriza hasta que la nueva idea ha llegado a la mente subconsciente, esto lo podemos ver con la capacidad de hablar, escribir conducir, lo hacemos con tanta naturalidad porque esto lo hacemos a diario y está grabado en nuestro disco duro (subconsciente).
Conviene, pues, comenzar por identificar cuál es nuestra creencia fundamental respecto a cada uno de los temas centrales de la vida a saber:
1º) Lo que creo respecto a la salud es que…
2º) Lo que creo respecto al dinero es que…
3º) Lo que creo respecto al amor es que…
Identificar nuestras creencias pilares representa el primer paso para el progreso personal en aquello que hace tiempo quizá, nos encontramos estancados en nuestra vida.
Al igual que un atleta va fortaleciendo sus músculos cada vez que entrena para ser una persona más fuerte, la mente también se refuerza con la idea que nosotros practicamos, es decir el hábito va formando una senda mental o un canal o camino, por donde espera que esa idea transite siempre. La creencia puede ser considerada un tipo de pensamiento el cual se ve reforzado por otra serie de pensamientos. Existe una interdependencia entre pensamientos, la palabra, la observación y las acciones, es decir todos estos aspectos se influencian los unos a los otros.
Cuando hablamos de éxito y metas es necesario definir exactamente qué es lo que queremos, puedes lograr prácticamente todo lo que deseas, pero no puedes lograr demasiadas cosas a la vez. Cada deseo implica un nivel de energía específico y si te encuentras dividido en demasiadas actividades los resultados pueden ser tardados o mediocres.
Existen buenas emociones tales como el amor, la paz, la alegría, la comprensión, la esperanza, la compasión, etc; también existen emociones negativas como la ira, el odio, el temor, el pesimismo, etc. Cualquiera emoción que nosotros sintamos demanda un alto nivel de energía y ayuda a que una creencia se refuerce. La culpa la podemos definir como un sentimiento de responsabilidad o remordimiento por alguna ofensa que nosotros hayamos realizado a una persona, a nosotros mismos o a una creencia ya sea esta real o imaginaria. Es interesante observar que las culpas pueden ser imaginarias o infundadas, es decir en muchas ocasiones nos sentimos responsables por situaciones que no deberían traernos grandes problemas, más adelante analizaremos como suprimir muchas acciones que después se pueden volver contra nosotros mismos y por esa razón experimentamos sentimientos de culpa.
Cuando nos sentimos culpables por algo nuestra energía interna se ve disminuida en forma dramática, en ese momento nos invade un gran conflicto interno, es importante observar que ese desgaste emocional no está relacionado si la culpa es real o imaginaria, simplemente es nuestra creencia. La culpa constituye la esencia de nuestras barreras mentales.
También podemos ver la culpa como algo que nos confronta y nos condena constantemente con acciones y pensamientos, ese conflicto interno es el que tienes que superar para MODIFICAR TU SISTEMA DE CREENCIAS QUE TE IMPIDEN LOGRAR EL ÉXITO.
La culpa provoca que rechaces informaciones que están en dirección opuesta a tus creencias, y actúa con un poder extraordinario el cual puede ser difícil de superar, por esa razón la mayoría de las personas no están dispuestas a cambiar lo ya conocido (la famosa “zona de confort”.
¿Cómo se generan las culpas? La culpa es una creencia más, ese sentimiento implica que alguna persona o información nos afirma que pensar, hablar, ver, escuchar y realizar determinados actos son NEGATIVOS O MALOS, luego a través de la interacción de los sentidos nos convencemos que determinadas acciones son dañinas y eso nos causa temor, esto ocasiona una senda mental o huella profunda en nuestra mente subconsciente que buscará mantenerse, esta información algunas veces es difícil de cambiar.
Sin duda alguna que el temor nos detiene para realizar muchas cosas y en alguna medida sirve para nuestro propio equilibrio y el del universo en general, el problema es que muchas personas se valen de nuestros temores para insertarnos en nuestra mente ideas absurdas y los hay quienes las llegan a creer y las profundizan tanto que estropean su propia existencia. El secreto del éxito es ajustar nuestro sistema de creencias en consonancia con nuestras ideas y deseos, eso permitirá abrirnos a una fuente de poder excepcional lo que nos permitirá fabulosos frutos.
A lo largo de la vida vemos que ciertas personas deciden aceptar o no determinadas creencias, si algunas de esas creencias están basadas en temores entonces es muy probable que al no cumplirse el sentimiento de culpa aparezca, por eso es importante analizar profundamente algo antes de tomarlo como una verdad, el problema de la mayoría de las personas es que ni siquiera meditan sobre lo que otros les afirman, permiten que otros piensen por ellos.
Para modificar un sistema de creencias que está en determinada dirección es fundamental superar las culpas o conflictos internos que tengamos, al querer cambiar la dirección de nuestras creencias podemos experimentar una gran cantidad de eventos boicoteando nuestra nueva idea, para superar esta enorme resistencia se requiere fe, valor, convicción, verdadero deseo, y una profunda determinación para cambiar, es importante que entiendas esto a la perfección para que puedas abrir tu consciencia a nuevas ideas y lograr una armonía espiritual a base de centrarte en lo que puedes y dejes de hacerlo en lo que temes.
¡Hasta la Próxima!
Escribir comentario
Rosa María Guerrero U (lunes, 16 noviembre 2020 11:28)
Andrés como siempre, muy cierto, buen documentado y muy profesional. Felicidades. Saludos
Enrique Valencia (martes, 08 diciembre 2020 20:03)
Gran tema el del sentimiento de culpa, emoción muy ligada a la historia y conducta de la humanidad. Se requiere una gran dosis de conciencia y cultivo de valores para afrontarla y con ello evitar sus efectos ominosos. Muchas gracias Andrés, lo repasaré.