El modo como te relacionas con alguien o con algo tiene que ver con cómo te hace sentir y, en último término, lo que piensas de ello. Y ese modo de relacionarte configura el tipo de resultados que obtienes respecto a esa persona o cosa, y no tanto por las condiciones de dicha relación sino por las decisiones que tomas al respecto. Entonces, respecto al dinero, importa mucho lo que piensas de él pues tus resultados financieros dependerán del tipo de enfoque – o la falta de él – que tengas hacia el dinero y la forma de ganarlo.
No sé lo que piensas respecto al dinero, lo que sí sé es que lo que necesitas pensar respecto de él es:
1) Que es necesario para una vida digna
2) Que no se genera ni se reproduce por sí solo
3) Que se rige por ciertas reglas respecto a su generación y multiplicación
4) Que, si sigues las reglas del juego y te haces cargo de tus finanzas, con el tiempo tu dinero se hará cargo de tus necesidades y deseos.
Se nos enseñaron respecto a el dinero dos planteamientos básicos extremos: o que no importaba en realidad o que era lo más importante en la vida; ninguno de los dos enfoques es sensato. El dinero en abundancia en nuestra vida hace posible que nos podamos dedicar a lo que consideramos lo más importante en ella sin tener que preocuparnos por lo más necesario. Es decir, el dinero importa en función del tiempo del que nos permite disponer, no del poder o prestigio que pretendamos lograr con él.
Si tengo suficiente dinero – o lo genero de forma “automática” – como para no tener que trabajar – por necesidad – de tal manera que puedo dedicarme a lo que más me gusta y tiene sentido en mi vida, entonces soy financieramente libre. Si, por el contrario, necesito dedicar mucho tiempo a ganar dinero a costa de no poderme dedicar a lo que me gusta y tiene valor para mí, entonces soy financieramente esclavo, independientemente de cuanto gane.
Entonces, de lo que se trata para tener una relación pertinente con el dinero es de que entienda que la libertad financiera me otorga libertad de tiempo para disponer de él como quiera pues, en esencia, mucho del sentido de la vida tiene que ver con lo que hago por anhelo, no por necesidad. Si me sigo peleando con el dinero o si actuó irresponsablemente ante él en vez de hacerme cargo de mis finanzas “personales”, entonces mi relación con el dinero será <<problemática>>
Si, por el contrario, asumo la responsabilidad – y la posibilidad – de lograr la libertad financiera lo antes posible entonces necesito “ilusionarme” con el objetivo de lograr llegar al punto en que pueda ganar dinero de una manera que sea independiente de mi trabajo (el llamado “ingreso pasivo”). Y para ello he de “entusiasmarme” con la idea de lograrlo. Si algo no te entusiasma – o, en su defecto, lo realizas con entusiasmo – entonces lo hará mal o simplemente no se hará realidad en tu vida.
Y no es que se trate de que te entusiasme con el dinero en sí, sino con lo que puedes lograr experimentar en tu vida gracias a la abundancia de él: viajes, convivencias, servicio, hobbies, aprendizaje, diversión, curación… ¡Entendámoslo de una vez! El dinero no es importante como fin más sí es MUY IMPORTANTE como medio…como medio para hacer realidad lo que tiene valor y profundidad en nuestras vidas. ¡A nadie le sirve que seas pobre!
Entonces, el primer paso para ponerte en el estado interno idóneo para lograr prosperidad financiera en tu vida es que te ENTUSIASMES con la idea de ganar suficiente dinero en tu vida para dedicarte a lo que realmente te importa y que este dinero no provenga necesariamente de tu trabajo, sino de tu inteligencia financiera. Si no te entusiasma esta idea…entonces lo más probable es que merezcas la “escasez”.
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