La Madre de todas las Burbujas

La burbuja mundial de los derivados es 20 por ciento más grande de lo que era antes de la última gran crisis financiera que golpeó en el 2008. Es una burbuja financiera mucho más grande que cualquier otra que se haya visto y, cuando finalmente estalle, se convertirá en una verdadera pesadilla para el sistema financiero a nivel global. Según el Banco de Pagos Internacionales, el valor total de los contratos de derivados de todo el mundo se ha disparado a la asombrosa cantidad de 710 billones de dólares ($ 710,000,000,000,000). Otras estimaciones sitúan el total más de mil billones de dólares. Para darnos una idea de la dimensión de esta cifra, consideremos que, por ejemplo, el PIB de E.E.U.U. fue de 17.9 billones de dólares en el 2015; así que, 710 billones de dólares es una cantidad de dinero exorbitante. Y el problema de fondo es que las autoridades financieras no están haciendo nada al respecto. De hecho, los grandes bancos del mundo han crecido un promedio de 37% desde la crisis hipotecaria del 2008 auspiciados por la falta de regulación en el mercado de derivados. Ahora bien, podría pensarse que, si los grandes bancos han crecido tanto, entonces no hay de qué preocuparse pues podrían hacer frente a sus obligaciones en caso de que la burbuja estallara. Nada más lejano de la realidad.

De acuerdo con cifras oficiales del gobierno norteamericano, los 25 principales bancos de Estados Unidos tienen ahora un total de más de 236 billones de dólares de exposición en contratos de derivados.  Si nos centramos en los números de los cuatro más grandes, nos vamos de espalda:

JP Morgan Chase

Activos Totales: $ 1,945,467,000,000 (cerca de 2 billones de dólares)

Exposición total en derivados: $ 70,088,625,000,000 (más de 70 billones de dólares)

Citibank

Activos Totales: $ 1,346,747,000,000 (un poco más de 1,3 billones de dólares)

Exposición total en derivados: $ 62,247,698,000,000 (más de 62 billones de dólares)

Bank of America

Activos Totales: $ 1,433,716,000,000 (un poco más de 1,4 billones de dólares)

Exposición total en derivados: $ 38,850,900,000,000 (más de 38 billones de dólares)

Goldman Sachs

Activos Totales: $ 105 616 000 000 (sólo 105 mil millones de dólares)

Exposición total en derivados: $ 48,611,684,000,000 (más de 48 billones de dólares)

 

Si el mercado de valores sigue subiendo, las tasas de interés se mantienen estables y la economía mundial no experimenta un desajuste importante, esta burbuja tardará en reventar. Pero si cualesquiera de estas variables – o una combinación de ellas -  fallara, el desastre sería inminente.

Y a todo esto, ¿qué es un derivado? De acuerdo con Mayra Rodríguez Valladares, director gerente de MRV Associates, “un derivado, en pocas palabras, es un contrato entre dos partes cuyo valor se determina por los cambios en el valor de un activo subyacente. Esos activos podrían ser bonos, acciones, materias primas o divisas. La mayoría de los contratos se negocian sobre el mostrador, donde los detalles sobre los precios, la medición del riesgo y de garantía, en su caso, no están disponibles para el público en general”. Un derivado no tiene un valor intrínseco ni aporta nada a la infraestructura económica real. Es esencialmente una apuesta lateral sobre el precio futuro de un activo. Las personas están apostando por casi cualquier cosa y todo lo que se puede imaginar, y Wall Street se ha transformado en el casino más grande en la historia del planeta. Después de la anterior crisis financiera, supuestamente se regularían los mercados de derivados para mantenerlos bajo control. No ha sido así y la burbuja de los mercados de derivados promete ser la mayor en la historia. No existe dinero en el mundo que alcance para pagar todas las transacciones del mercado de derivados si la burbuja estalla.  En este momento, los cinco bancos más grandes de EUA representan el 42 por ciento de todos los préstamos en todo el país, y los seis bancos más grandes controlan el 67 por ciento de todos los activos bancarios. Si esos bancos quiebran, podrá hacerlo la economía norteamericana y con ella es de esperarse una reacción en cadena mundial.

Y esto no está sucediendo solamente en los Estados Unidos. El gigante bancario alemán Deutsche Bank tiene más de 75 billones de dólares de exposición en derivados. La situación tiende a empeorar con el paso del tiempo y a la espera de que un cambio en las tasas de interés o unas elecciones presidenciales norteamericanas puedan ser la gota que derrame el vaso e inicie un colapso financiero que haría palidecer al de 2008.

La triste realidad es que prácticamente ninguno de los problemas subyacentes que provocó la última crisis financiera han sido corregidos. En cambio, nuestros problemas simplemente se han vuelto aún más grandes y sin la expectativa de solución alguna. Nunca antes en la historia los Estados Unidos se han enfrentado con la amenaza de una gran catástrofe financiera de repercusión mundial.

Y las masas siguen con sus vidas sin saber lo que se avecina y mucho menos, sin tener idea alguna de cuáles pueden ser sus opciones, confiando en que las autoridades se están haciendo cargo de los asuntos económicos y de que lo están haciendo bien. Esto no ha de mover a la reflexión y considerar que tan preparados estamos cada uno de nosotros para hacer frente al cada vez más inminente colapso financiero mundial.

 

 

 

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