¿Qué han tenido en común las más recientes crisis financieras? De acuerdo con Charles Hayek, profesor de economía en retiro, los colapsos financieros desde la crisis de las “dot com” hasta la todavía reciente crisis inmobiliaria, tienen en común los siguientes componentes:
- Se genera una burbuja en un contexto de bajas tasas de interés en el mercado
- Los “expertos” en la materia (económico-financiera) pregonan que todo está bien y que la tendencia es que mejore la situación
- La Reserva Federal incrementa las tasas de interés poco antes de las elecciones presidenciales
- La economía se comienza a desacelerar
- La burbuja estalla y el nuevo presidente tiene que lidiar con las consecuencias.
Bien, remitámonos a las pruebas que certifican lo que plantea el profesor Hayek y comencemos por 1999, justo antes de que se generara las crisis del 2000 asociada a las empresas de internet que cotizaban en la bolsa. En 1999 los mercados financieros se encontraban en apogeo gracias a las compañías de internet que se conocían como las “dot com”. Para muchos, invertir en estas compañías les aseguraba una forma rápida y “segura” de generar riqueza. Cada vez más personas invertían sus ahorro y pensiones en el mercado bursátil en el que cotizaban estas empresas (NASDAQ) haciendo que, el valor de sus acciones, se incrementara más por el entusiasmo que generaban que por un auténtico crecimiento en su valor “real”. Cada vez más y más “apostaban” más y más a estas empresas con la “esperanza” de poder vender sus acciones más adelante por el doble o triple del precio al que las habían comprado. Y todo mundo alababa a la administración de Clinton por la bonanza económica que estaba promoviendo en Norteamérica.
De hecho, el mismo director de la Reserva Federal (FED) de aquel entonces, Alan Greenspan, afirmaba que “la tecnología está creando una nueva economía, una en la que las viejas reglas no volverán a aplicarse.” Es en ese entorno de “confianza” que la FED decide en febrero del 2000 incrementar las tasas de interés a niveles que no se veían desde 1995. Al poco tiempo, los datos macroeconómicos empiezan a dar muestras de deterioro. Mientras esa nación se preparaba para las elecciones, la economía - sigilosamente – comenzaba a colapsarse. El 12 de abril, el índice Nasdaq perdía 386 puntos…la burbuja había estallado.
A lo largo de la semana siguiente, Wall Street había perdido una cuarta parte de su valor total y para cuando George Bush asumió la presidencia, el índice NASDAQ había perdido el 60% de su valor habiendo generado una pérdida de 7,000 trillones de dólares a miles de personas que habían creído en el boom de las dot com. Una vez más, la ambición y la codicia humanas habían generado uno de los colapsos más grandes en la historia de la meca del capitalismo (y del mundo); las misma ambición y codicia volverían a hacerlo 8 años después, cuando la presidencia de los EUA “cambie de manos”.
Antes de la elección presidencial del 2008, otra burbuja – de proporciones aún mayores que las de las dot com – estaba gestándose; en esta ocasión, el “activo inflado” eran las hipotecas “subprime” que surgieron como resultado de una compleja ingeniera financiera al servicio de la codicia y ambición de los grandes bancos americanos. La FED había reducido sus intereses de un 6% en el 2001 a un 1% en 2003, lo que promovió el incremento en la demanda de hipotecas que eran relativamente fácil de pagar dado el bajo costo del dinero. Todo mundo quería una casa y eso incrementó su precio. Podías generar riqueza simplemente esperando a que el valor de tu vivienda se incrementara. Incluso se otorgaban créditos hipotecarios a personas sin trabajo, sin ingresos fijos y sin activos bajo la premisa de que el “valor creciente” de su hogar respaldaría la operación a lo largo del tiempo del crédito de este tipo de perfiles; surge entonces el concepto “sub prime”.
En este contexto de cosas se genera la “brillante” ingeniería financiera que da pie a la creación de las llamadas Obligaciones Colaterales de Deuda (CDO por sus siglas en inglés) que, en esencia, consistían en “empaquetar” las hipotecas sub prime y ofrecerlas como activos financieros a diversos intermediarios como otros bancos, fondos de pensión, fondos de inversión y otros más como productos de alto rendimiento y “bajo riesgo” (como si el mercado inmobiliario nunca fuera a revertir su tendencia alcista). Nadie imaginaba que pudiera darse un declive en el mercado inmobiliario hasta que…
En 2007 se incrementan las tasas de interés de referencia a un 5.25% lo que conlleva a que muchas de las familias que contaban con un crédito hipotecario más no con ingresos, activos o trabajos seguros (los subprimers) tuvieron que dejar de pagar sus hipotecas por lo que sus casas fueron embargadas; dichas casas, al ser puestas en venta provocaron un incremento en la oferta, lo que a su vez se tradujo a una disminución en su precio hasta que, en 2008, el efecto dominó ya no podía contenerse y la burbuja estalló causando uno de los más desastrosos colapsos financieros en la historia de la post guerra… justo antes de las elecciones en las que G. Bush pasaría la estafeta a B. Obama.
¿Simple coincidencia? Bien, el caso es que en diciembre de 2015 la FED incrementa las tasas de interés después de 5 años de mantenerse en prácticamente 0% mientras que la economía norteamericana está mostrando claros signos de estrés. Por ejemplo, el índice Bloomberg de bienes y servicios se encuentran en sus niveles más bajos en 16 años y, la vez anterior que mostró un nivel similar fue en 2008. Jim Cramer de la CNBC (Consumer News and Bussines Channel) vaticina que varias empresas petroleras de alto rango podrían quebrar si el precio del petróleo se sigue manteniendo en niveles bajos. El precio de materias primas como el cobre se encuentra en niveles similares a los que prevalecieron en el 2008.
Además, los niveles de producción y consumo en los EUA se encuentran en franca decadencia y, por si fuera poco, los cuatro bancos más grandes de EUA (JP Morgan, Bank of America, City Group, y Wells Fargo con un total de activos en conjunto de 8.2 trillones de dólares, se encuentran expuestos a una cartera de “derivados” de 247 trillones de dólares que constituyen la siguiente burbuja financiera de este periodo preelectoral en EUA. De los derivados ya hablaremos en nuestra siguiente publicación y, como sea, esta es la pieza final de nuestro rompecabezas.
Recapitulemos: las tasas de interés de la FED se han elevado, los “expertos” nos dicen que todo está bien (o, al menos, no han dicho lo contrario), la economía de EUA se encuentra en retroceso y la burbuja de los mercados de derivados se ha inflado hasta llegar a niveles insostenibles. Si la historia se repite, 2016 podría ser el año del quebranto de los bancos más grandes de EUA y tal vez del mundo. Y en esta ocasión, no habría forma de “salvarlos”. Durante la administración de Obama, la deuda pública de EUA se duplicó hasta alcanzar los 19 trillones de dólares con un modesto crecimiento económico de la “economía más poderosa del planeta” de alrededor del 2% anual. Si lo comparamos con el desastre de 247 trillones de dólares del mercado de derivados que puede colapsar en cualquier momento, podemos concluir que no hay dinero que alcance (dólares) para cubrir semejante boquete financiero. Así que, si estamos enfrentando escenarios similares a los de las crisis del 2000 y 2008, (qué, además, coincidentemente se separan por el mismo número de años: 8), ¿no cabría esperar que en el 2016 se genere un colapso financiero con la “particularidad” de que sería mucho mayor que la suma de las dos crisis precedentes?
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